Escándalo judicial por la jueza que protagonizó un documental sobre el juicio por la muerte de Maradona

    La Suprema Corte bonaerense suspendió por 90 días a la jueza Julieta Makintach, integrante del tribunal que juzga a los imputados por la muerte de Diego Maradona. Fue apartada tras revelarse su participación en un documental sobre el caso, lo que desató un escándalo institucional y puso en riesgo la continuidad del juicio.

    Nacionales29/05/2025 Expreso Mendoza
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    La Justicia bonaerense quedó sacudida por un escándalo que amenaza con alterar por completo uno de los juicios más sensibles del país: el proceso por la muerte de Diego Armando Maradona. En las últimas horas, la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires resolvió apartar durante 90 días a la jueza Julieta Makintach, una de las integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de San Isidro, tras descubrirse que participó de manera activa en la producción de un documental sobre el propio juicio que debía impartir.

    El hecho, insólito por donde se lo mire, estalló este martes cuando el fiscal Patricio Ferrari sorprendió a todos al proyectar en plena audiencia un avance del documental "Justicia Divina", donde aparece Makintach dando declaraciones a cámara y protagonizando escenas que claramente cruzan los límites éticos de su función. La reacción fue inmediata: las defensas, los fiscales y hasta los querellantes se unieron para recusarla. En cuestión de horas, la jueza quedó afuera del tribunal.

    Pero el asunto no terminó allí. Lo que parecía apenas una irregularidad formal se transformó rápidamente en una crisis institucional. La Corte bonaerense consideró que la conducta de Makintach resultaba "absolutamente incompatible" con el rol que desempeñaba y apuntó a una falta de mesura, imparcialidad y respeto por la investidura judicial. Por eso, además de otorgarle una licencia forzosa por tres meses, decidió abrirle un sumario que podría desembocar en su destitución.

    La situación generó un temblor en el juicio, que lleva apenas dos semanas de audiencias. Allí están siendo juzgados ocho profesionales de la salud acusados de haber actuado con negligencia durante los últimos días de vida de Maradona, fallecido el 25 de noviembre de 2020. El proceso ya había despertado una enorme expectativa pública, pero ahora corre el riesgo de naufragar. Mañana jueves se definirá si se reemplaza a la jueza y continúa el juicio, o si todo queda anulado y debe empezar desde cero, con nuevo tribunal y nuevas fechas.

    La polémica desatada en torno a Makintach también levantó fuertes cuestionamientos en el ámbito jurídico. El Colegio Público de Abogados calificó el episodio como "lamentable" y exigió una investigación profunda. Por su parte, Fernando Burlando, abogado de Dalma y Gianinna Maradona, fue aún más tajante: “Esto es un bochorno mundial. Nos pone en ridículo frente al país y frente al mundo. El juicio pende de un hilo”.

    Lo cierto es que la figura de la jueza, que en algún momento había sido destacada por su perfil progresista y su trayectoria en causas complejas, quedó absolutamente desdibujada. Las imágenes que circularon la muestran hablando a cámara, casi como una actriz, mientras se desarrolla un juicio real que todavía no tiene veredicto.

    En el fondo, este episodio no sólo cuestiona el accionar de una jueza. También obliga a repensar cómo se equilibra la necesidad de transparencia pública con la responsabilidad ética de quienes imparten justicia. Y, sobre todo, reaviva una pregunta incómoda: ¿es posible un juicio imparcial cuando quienes deben garantizarlo se vuelven protagonistas del espectáculo?

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