Juan Grabois quiso forzar una visita al Papa en el hospital pero lo frenaron y desató el escándalo

En medio de la preocupación por la salud del Papa Francisco, Juan Grabois fue noticia en Roma tras un supuesto intento de acceder a la suite papal en el hospital Gemelli, algo que él desmintió categóricamente. Mientras la controversia crece, su visita refuerza la lectura política de su vínculo con el Pontífice y reaviva la grieta en Argentina.

Nacionales24/02/2025 Expreso Mendoza

La salud del Papa Francisco sigue siendo motivo de preocupación mundial. En ese contexto, un episodio protagonizado por el dirigente social Juan Grabois desató revuelo en Roma y en Argentina. Según informó la agencia italiana ANSA, el referente de Patria Grande habría intentado acceder a la suite papal en el hospital Gemelli, donde Francisco está internado, pero se le negó el ingreso.

La noticia causó impacto porque la habitación del Papa, ubicada en el décimo piso del hospital, es un espacio blindado donde solo ingresan su equipo médico, sus secretarios privados y un número muy reducido de personas de confianza. La versión indicaba que Grabois había intentado acercarse escudándose en su amistad con el Pontífice y su rol en el Dicasterio para el Desarrollo Humano e Integral, pero que la seguridad le impidió el acceso.

Sin embargo, el propio Grabois salió rápidamente a desmentirlo. En diálogo con La Nación, calificó la información como “una estupidez y una mentira”, asegurando que nunca intentó subir hasta la suite papal. Según su relato, simplemente ingresó al hospital, dejó una carta manuscrita para el Papa en la planta baja y luego se retiró. “Todo lo demás es falso”, enfatizó.

Más allá de la veracidad del intento de visita, la presencia de Grabois en Roma no es inocente. Su relación con el Papa es de larga data y su militancia en los movimientos sociales lo ha convertido en uno de los principales voceros del mensaje de Francisco sobre justicia social.

A fines de septiembre pasado, Grabois ya había estado en Roma participando de un evento en el Vaticano, donde el Papa lanzó duras críticas contra la represión en Argentina durante las protestas frente al Congreso. En ese encuentro, Francisco renovó su respaldo a las luchas populares y pidió que se mantuvieran en la senda pacífica, pero sin abandonar el reclamo por “tierra, techo y trabajo”.

Es evidente que Grabois no solo viajó a Roma por una cuestión personal o espiritual, sino que su presencia tiene un peso político y simbólico. Su vínculo con el Papa ha sido una herramienta clave en su posicionamiento como dirigente social y su viaje en este momento no pasa desapercibido, sobre todo en un contexto donde la salud de Francisco genera incertidumbre y empiezan a circular especulaciones sobre su eventual sucesión.

El episodio también refleja cómo la figura de Grabois polariza el debate en Argentina. Para sus seguidores, es un representante de las luchas sociales y un continuador del mensaje del Papa sobre la justicia social. Para sus detractores, es un dirigente que utiliza su cercanía con Francisco para fortalecer su espacio político.

No es la primera vez que se encuentra en el centro de la polémica. Días atrás, fue increpado por pasajeros en el Aeropuerto de Ezeiza al regresar de un viaje a Roma, en un altercado que tuvo que ser controlado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria.

Estos episodios muestran cómo Grabois sigue siendo un personaje incómodo para ciertos sectores de la política y la opinión pública argentina. Su relación con el Papa lo ubica en un lugar de relevancia, pero también lo expone a críticas constantes.

En este caso, más allá de la versión de ANSA o del desmentido del propio Grabois, lo cierto es que su sola presencia en el hospital Gemelli despertó especulaciones y controversias. En tiempos de crisis y alta sensibilidad política, cada movimiento suyo se lee en clave de estrategia y posicionamiento.

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